Judith Gallardo Ortiz con Lo que nunca fui capaz de decirte
Paula está a punto de conseguir todo lo que siempre ha querido para ser feliz. La línea que separa el "a punto" del "lo consiguió" es el miedo que tiene a decir y hacer lo que piensa y siente. Un miedo que le impide utilizar la llave que abre el cajón de sus sueños y que le está alejando de sus amigos y de, posiblemente, el amor de su vida.
Se siente como una niña que quiere montar un puzzle de 1000 piezas. Tiene todos los trocitos por juntar, casi ya es una imagen perfecta y digna de enmarcar, pero casi. Por el momento es solo alguien débil que mira todas las piezas como esperando que se encajen solas y con un miedo muy fuerte de coger la primera pieza. Porque sí, puede salir mal.